martes, 25 de junio de 2013

Las manos




Mírense un momentito las manos.


Con nuestras manos podemos hacer muchas cosas y apenas les dedicamos una miradita. Con los pies también, que se lo digan a nuestros peregrinos que salen hoy hacia Santiago.


Nuestras manos , nuestros pies, nos sitúan en el mundo.


Hoy ha sido un día de encuentros con personas que deciden cada día qué hacer con sus manos y hacia dónde quieren que caminen sus pies.
Comimos con los trabajadores de la fundación Chaminade, compartiendo inquietudes, ideas de mejora, compromisos con las necesidades de este lugar, muchos más sueños que manos para llevarlos a cabo.


“Nos faltan manos”, me decía Sandra. Personas que han ido decidiendo dónde trabajar, colaborar, pies que han ido recorriendo un camino y no otro.

 
 

Fuimos por la tarde de nuevo a Ciudad Bolívar, allí estuvimos un rato compartiendo también, sobre la cada vez más escasa presencia de religiosos y religiosas en estos barrios tan alejados. Cada vez hay menos personas que quieren trabajar aquí. Congregaciones que optan por retirarse de estos contextos.
 


 Manos que además de alimentar, acoger y acompañar, levanten el puño de vez en cuando para pedir la palabra , para restaurar la justicia.


Las palabras son necesarias, el dinero, la ilusión , los sueños…pero y qué es todo esto sin las manos que construyen y transforman realidades.
 











Algunos tenemos la libertad de decidir qué hacer con ellas, otros nacieron con un tarea impuesta.
 Siento que aquí soy las manos del colegio, de una manera muy tenue nos acercamos a tocar, apenas sin mancharnos, una realidad rotunda , y sin querer hacer pornografía de la pobreza, cuando caminas hacia la miseria no hay ni una sombra de duda, aquí hay un tesoro escondido.


 

Hubo uno, que menudo escándalo montó, que aún siguen chismorreando que si las mujeres le acariciaban los pies, cómo sería el tipo para que anden aún buscándole las cosquillas. Menuda la que  organizó curando con sus manos.

 Me gusta de vez en cuando   contemplar las manos , qué hacemos con ellas ,qué construimos, a quién abrazamos.
 Sólo tenemos un par de manos, que cada cual decida qué hacer con ellas. Ójala que atinemos en la elección, sólo tenemos una vida para acertar.





















10 comentarios:

  1. preciosas reflexiones. se me viene a la cabeza lo de la mies es grande y los obreros pocos, lo de los pobres estarán con vosotros hasta el fin de los tiempos,... cosas de Jesús. Mientras tanto conviviendo con la desvergúenza del dolor por el que no hacemos nada.

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  3. Noe como escribes, qué verdades escribes...disfruta, mira con ojos muy abiertos y cuéntanos todoooo. Te echamos muchiiiiiiiiiisimo de menos. Besos mil, Sonia

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  4. Haz prósperas las obras de nuestras manos... Salmo 90

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  5. maribi desde Donosti sólo te dice:Colombia te he enganchado, no te conozco y no sé como eres, escribes, reflexionas, peo tal y como escribes en el blog es porque ya estás dejando parte de ti en un nuevo lugar. Disfruta del momento y luego contagialo. Un abrazo

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  7. Gracias Noelia por compartir con nosotros todas tus experiencias. He ido siguiendo tu blog y he visto como ha ido surgiendo vida en torno a el. Son tus manos las que transmiten por escrito lo que tu ves y sientes. Gracias a ellas despiertas en mí y en nosotros esa conciencia tantas veces dormida por la comodidad y el bienestar que nos rodea. Gracias por recordarnos en hay un mundo allí fuera que reclama justicia. Me alegra pensar que podremos colaborar en hacer este mundo más justo. Besos. Roberto Carrillo

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  8. Cuánta razón tienes Noelia. Qué importantes nuestras manos, lo que hacemos con ellas y lo que no hacemos también. Todos elegimos sólo que a veces sin darnos cuenta y otras sin querer darnos cuenta. Sólo cuando somos plenamente conscientes las empleamos en lo que deberíamos: trabajar, acariciar, agarrar...
    Un besazo
    Alfredo

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  9. Mil gracias Noelia por transmitir también lo que estás viviendo y hacernos reflexionar.
    Como dice Sonia, estáte atenta para contarnos todo.
    Un beso grande, Bea

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  10. Con mis manos te aplaudo; luego, las extiendo para coger siempre las tuyas.

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