Y
Dios me hizo mujer
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos, nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos, nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Gioconda Belli
El día
comienza con aullidos y temblores , la brigada de castración de animales está
aparcada cerca de la casa. Una multitud
de perros tiemblan junto a sus
dueños y los gemidos de pura pena penetran
en los mamíferos que caminamos cerca.
Lo nuevo
del día de hoy me regaló un tiempo todo lleno
de mujeres. En mi cabeza todas las mujeres que he ido conociendo desde
que llegué a Colombia, mujeres-niña-madre, que con quince años ya parieron,
toneladas de mujeres cuidadoras de sus hijos sin ningún apoyo , mujeres
amoratadas porque se les quedó fría la comida, mujeres que cargan sacos por los
cerros, mujeres que cosen juntas a la mañana como las que conocí hoy en la
cooperativa Creaciones Vivir.
En las
comunidades religiosas de hermanos marianistas , M. y L.D son las mujeres que
trabajan en las casas limpiando,
cocinando y con la cabeza siempre pendiente de sus hijos . Toda orgullosa nos
muestra las fotos de la graduación de su hija, que sacó adelante ella sola .
En las
comunidades de las hermanas marianistas, no trabaja ninguna mujer, ellas mismas
guisan y limpian lo que ensucian. Los libros de las estanterías están llenos de
hombres.
El retrato padre Chaminade junto al de Adela
de Trenquelleon las acompaña en sus paredes.
A Adela
no la ví en ninguna de las comunidades de hermanos.
Anécdotas,
casualidades, roles culturales, cose que te cose la historia que vamos tejiendo
entre todas , entre todos.
A lo
lejos se oyen los gemidos de los castrados.
Qué bonito Noelia, gracias Mujer por compartir parte de tu historia con nosotros; ésta siempre será tu casa. Con cariño
ResponderEliminarUn homenaje a tantas "desconocidas gigantes que no hay libros que las aguante".
http://www.youtube.com/watch?v=MMu-L3e6CMw
Impresionantes crónicas
ResponderEliminarTe esperamos...
Bs
ResponderEliminarInteresante detalle el del cuadro de Adela.
ResponderEliminarFaltan mujeres en algunos sitios y se nota...
Bss, Bea
Impresionante poema.
ResponderEliminarAquí en mi papel de mujer-madre te diré que comas, que te veo "muflaca".
ResponderEliminarbESOS.